ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL

ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
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HERPES GENITAL

Herpes genital

El herpes genital es una enfermedad de transmisión sexual de la zona genital (la piel que rodea el recto o las áreas adyacentes), causada por el virus del herpes simple.
Existen dos tipos de virus del herpes simple, llamados VHS-1 y VHS-2. El VHS-2 suele transmitirse por la vía sexual, mientras que el VHS-1 por lo general infecta la boca. Ambos tipos de virus pueden infectar los genitales, la piel que rodea el recto o las manos (especialmente los lechos de las uñas) y pueden ser transmitidos a otras partes del cuerpo (como la superficie de los ojos). Las úlceras herpéticas no suelen infectarse con bacterias, pero algunas personas con herpes también tienen dentro de úlceras otros microorganismos transmitidos por vía sexual, como por ejemplo los de la sífilis o el chancroide.

Síntomas

Los síntomas del primer brote (primario) se inician de 4 a 7 días después de la infección. Suelen ser prurito, hormigueo y molestias. Luego aparece una pequeña placa enrojecida, seguida de un grupo de pequeñas y dolorosas ampollas. Éstas se rompen y fusionan hasta formar úlceras circulares, que por lo general son dolorosas y a los pocos días se cubren de costras. El afectado puede tener dificultades para orinar y en ciertos casos siente dolor al caminar. Las úlceras se curan en aproximadamente 10 días, pero pueden dejar cicatrices. Los ganglios linfáticos de la ingle suelen aumentar levemente de tamaño y presentan sensibilidad al tacto. El primer brote es más doloroso, prolongado y generalizado que los subsiguientes, pudiendo causar fiebre y malestar.
En los hombres, las ampollas y las úlceras pueden aparecer en cualquier parte del pene, incluyendo el prepucio si no está circuncidado. En las mujeres, aparecen en la vulva, dentro y alrededor de la vagina y en el cérvix. Quienes tienen relaciones sexuales anales pueden presentar dichas lesiones alrededor del ano o en el recto.
En los inmunodeficientes, como los infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), las úlceras del herpes pueden ser graves, propagarse a otras áreas del cuerpo, persistir durante semanas o más y, en raras ocasiones, volverse resistentes al tratamiento con aciclovir.
Las lesiones tienden a recurrir en las mismas zonas o en otras adyacentes, porque el virus persiste en los nervios pélvicos cercanos y se reactiva para reinfectar la piel. El VSH-2 se reactiva mejor en los nervios pélvicos. El VSH-1 se reactiva mejor en los nervios faciales, donde causa herpes febril o herpes labial. De todas formas, cualquiera de los dos virus puede causar enfermedad en ambas áreas. Una infección previa con uno de estos virus brinda una inmunidad parcial al otro, haciendo que los síntomas del segundo sean más leves.

Diagnóstico

El médico sospecha la presencia de herpes basándose en los síntomas del paciente. Es posible establecer un diagnóstico de inmediato examinando muestras de las úlceras al microscopio. Para confirmación, se envían muestras de las mismas para su cultivo a laboratorios especiales. Los resultados están disponibles en un plazo de 48 horas. Los análisis de sangre pueden mostrar una evidencia de infecciones pasadas o bien sugerir que existe una reciente, si se comprueba que los anticuerpos están aumentando.

Tratamiento

Ningún tratamiento cura el herpes genital, pero puede reducir la duración de un brote. El número de éstos puede reducirse aplicando una terapia continua con bajas dosis de fármacos antivíricos. El tratamiento es más eficaz si se inicia rápidamente, en general 2 días después de la aparición de los síntomas. El aciclovir o los fármacos antivíricos relacionados pueden ser administrados por vía oral, o bien en forma de crema directamente sobre las lesiones. Los antivíricos reducen la propagación del virus vivo a partir de las lesiones, reduciendo de esta forma el riesgo de contagio. También pueden reducir la gravedad de los síntomas durante el brote inicial. Sin embargo, incluso el tratamiento precoz del primer ataque no evita las recurrencias.
Los pacientes con historia de herpes pueden contagiar a sus parejas sexuales incluso aunque no se den cuenta de que están pasando por otro brote.

TRICOMONIASIS

Tricomoniasis

La tricomoniasis es una enfermedad de transmisión sexual de la vagina o la uretra, causada por Trichomonas vaginalis, un organismo unicelular con una cola similar a un látigo.
A pesar de que el Trichomonas vaginalis puede infectar el tracto genitourinario tanto de los hombres como de las mujeres, los síntomas son más frecuentes entre las mujeres. Alrededor del 20 por ciento de ellas experimenta tricomoniasis vaginal durante sus años reproductivos.
En los hombres, el organismo infecta la uretra, la próstata y la vejiga, pero sólo rara vez produce síntomas. En algunas poblaciones, los Trichomonas pueden ser responsables del 5 al 10 por ciento de todos los casos de uretritis no gonocócica. El organismo es más difícil de detectar en los hombres que en las mujeres.


Síntomas

En las mujeres, la enfermedad suele comenzar con una secreción espumosa de color verde amarillento proveniente de la vagina. En algunas, dicha secreción suele ser leve. La vulva (los órganos genitales femeninos externos) puede estar irritada y dolorida y es posible que el coito produzca también dolor. En los casos graves, la vulva y la piel que la rodea se inflaman, al igual que los labios. Los síntomas son dolor al orinar o un aumento en la frecuencia de la micción, que se asemejan a los de una infección de vejiga.
Los hombres con tricomoniasis no suelen presentar síntomas pero pueden infectar a sus parejas sexuales. Algunos presentan una secreción proveniente de la uretra que es espumosa y similar al pus, sienten dolor al orinar y necesitan hacerlo con frecuencia. Dichos síntomas suelen tener lugar temprano por las mañanas. La uretra puede sufrir una leve irritación y en ocasiones aparece humedad en el orificio del pene. La infección del epidídimo, que causa dolor testicular, es muy poco frecuente. La próstata también puede infectarse, pero el papel de los Trichomonas no es muy claro. Estas infecciones son las únicas complicaciones conocidas de la tricomoniasis en los hombres.
Diagnóstico
En el caso de las mujeres, el diagnóstico generalmente se establece en cuestión de minutos examinando una muestra de secreción vaginal al microscopio. También suelen realizarse análisis para otras enfermedades de transmisión sexual.
En los hombres, las secreciones provenientes del extremo del pene deben recolectarse por la mañana antes de orinar. Éstas se examinan al microscopio y se envía una muestra al laboratorio para su cultivo. Un cultivo de orina también resulta útil, porque es más probable que detecte Trichomonas que no se encontraron en el examen al microscopio.


Tratamiento

Una sola dosis de metronidazol oral cura hasta el 95 por ciento de las mujeres infectadas, siempre y cuando sus parejas sexuales reciban tratamiento simultáneamente. Como no se sabe con certeza si una sola dosis es eficaz en los varones, se les suele tratar durante 7 días.
Si se administra con alcohol, el metronidazol puede causar náuseas y enrojecimiento de la piel, así como una disminución en el número de glóbulos blancos y, en las mujeres, una mayor susceptibilidad a las infecciones vaginales por levaduras (candidiasis genital). Probablemente sea mejor evitar el metronidazol durante el embarazo, al menos durante los 3 primeros meses. Las personas infectadas que mantienen relaciones sexuales antes de que la infección se cure probablemente contagien a sus parejas.

GRANULOMA INGUINAL

Granuloma inguinal

El granuloma inguinal es una enfermedad causada por la bacteria Calymmatobacterium granulomatis que ocasiona una inflamación crónica de los genitales.
El granuloma inguinal es raro en climas templados, pero frecuente en algunas zonas tropicales y subtropicales.
Síntomas y diagnóstico
La sintomatología se inicia de 1 a 12 semanas después de la infección. El primer síntoma es un nódulo indoloro y de color rojizo que lentamente se convierte en una masa redondeada. Los puntos de infección incluyen el pene, el escroto, la ingle y los muslos en los hombres. La vulva, la vagina y las áreas de piel circundantes en las mujeres. Tanto en los hombres como en las mujeres, el ano, las nalgas y el rostro pueden resultar afectados. Finalmente, las masas pueden llegar a cubrir los genitales. La curación es lenta y deja cicatrices. Por lo general, los nódulos se sobreinfectan. Si el granuloma inguinal no recibe tratamiento, la infección puede extenderse por todo el cuerpo hasta los huesos, las articulaciones o el hígado, causando una marcada pérdida de peso, fiebre y anemia.
El diagnóstico se establece a partir de las características masas rojas y brillantes que presenta el enfermo. El examen al microscopio de especímenes extraídos del borde de estas protuberancias puede confirmar el diagnóstico.


Tratamiento

Puede administrarse cualquiera de los siguientes antibióticos: estreptomicina, tetraciclina, eritromicina, cloranfenicol y trimetoprim-sulfametoxazol. Durante los 6 meses posteriores al tratamiento, el paciente debe ser controlado para tener certeza de que la infección se ha curado

CHANCROIDE

Chancroide

El chancroide es una enfermedad de transmisión sexual causada por la bacteria Hemophilus ducreyi que produce úlceras genitales dolorosas y persistentes.
A pesar de que fue una enfermedad rara, el número de casos de chancroide se ha incrementado en los últimos tiempos. Una persona con una úlcera de chancroide tiene más probabilidades de infectarse con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) si resulta expuesta a él.


Síntomas y diagnóstico

Los síntomas comienzan de 3 a 7 días después de la infección. Las pequeñas y dolorosas ampollas localizadas en los genitales o alrededor del ano se rompen rápidamente para formar úlceras superficiales. Éstas pueden aumentar de tamaño y unirse entre sí. Los ganglios linfáticos de la ingle pueden volverse muy sensibles, aumentar de tamaño y fusionarse, formando un absceso (acumulación de pus). La piel que cubre dicho absceso puede adoptar un color rojo y de aspecto brillante y probablemente se rompa, lo que produce una descarga de pus sobre la piel.
El diagnóstico del chancroide se basa en su aspecto clínico y en los resultados de los análisis de otras causas de úlcera. El hecho de tomar una muestra de pus de una lesión y cultivar la bacteria, procedimiento técnicamente difícil, puede ayudar al médico en el diagnóstico.
Tratamiento
Al enfermo se le inyecta un antibiótico, ceftriaxona o eritromicina, cada 6 horas durante al menos 7 días. Con una jeringa se elimina el pus acumulado en un ganglio linfático inflamado.
El paciente con chancroide es controlado por el médico durante al menos 3 meses para tener la certeza de que la infección esté curada. En la medida de lo posible, se localiza a todas las parejas sexuales de la persona, para que puedan ser examinadas y tratadas si fuese necesario

SÌFILIS

SÌFILIS
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SÌFILIS

Sífilis

La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual causada por la bacteria Treponema pallidum.
Esta bacteria penetra en el organismo a través de las membranas mucosas, como las de la vagina o la boca, o bien a través de la piel. Horas después, llega cerca de los ganglios linfáticos y luego se propaga por todo el organismo a través de la sangre. La sífilis también puede infectar a un feto durante el embarazo, causando defectos congénitos u otros problemas.
El número de afectados con sífilis alcanzó su punto máximo durante la Segunda Guerra Mundial, para luego caer de modo espectacular hasta la década de 1960 , cuando los índices comenzaron a subir nuevamente. Durante este período, un gran número de casos de sífilis se produjeron entre varones homosexuales. Tales cifras permanecieron relativamente estables hasta mediados de la década de 1980, porque debido a la epidemia de SIDA y la práctica de sexo seguro, la incidencia entre éstos decreció. En consecuencia, el número general de personas con sífilis también disminuyó. Sin embargo, esta reducción fue seguida por un rápido incremento de los casos entre los consumidores de cocaína, principalmente entre las mujeres o sus hijos recién nacidos. Recientemente, los programas de control han vuelto a reducir la incidencia en algunos países desarrollados.
Una persona que ha sido curada de sífilis no se vuelve inmune y puede volver a infectarse.
Síntomas
Los síntomas suelen comenzar de 1 a 13 semanas después del contagio; el promedio es de 3 a 4 semanas. La infección con Treponema pallidum pasa por varios estadios: el primario, el secundario, el latente y el terciario. La infección puede durar muchos años y raramente provoca lesiones cardíacas, cerebrales o la muerte.


Estadio primario

En el estadio primario, aparece una llaga o úlcera indolora (chancro) en el sitio de infección, generalmente sobre el pene, la vulva o la vagina. El chancro también puede aparecer en el ano, el recto, los labios, la lengua, la garganta, el cérvix, los dedos o, rara vez, en otras partes del cuerpo. Por lo general, se presenta una sola llaga, pero en ocasiones pueden ser varias.
El chancro comienza como una pequeña zona roja abultada que pronto se convierte en una llaga abierta (úlcera), pero sigue siendo indolora. La llaga no sangra, pero al rozarla desprende un líquido claro altamente infeccioso. Los ganglios linfáticos cercanos suelen aumentar de tamaño, pero son indoloros. Como la lesión produce tan pocos síntomas, suele ser ignorada. Alrededor de la mitad de las mujeres infectadas y un tercio de los hombres infectados no sabe que la tienen. Ésta suele curarse en 3 a 12 semanas, después de lo cual el afectado parece encontrarse perfectamente bien.
Estadio secundario
El estadio secundario suele iniciarse con una erupción cutánea, que suele aparecer de 6 a 12 semanas después de la infección. Alrededor del 25 por ciento de los infectados aún tiene una llaga que se está curando durante esta etapa. Esta erupción puede durar poco tiempo o bien prolongarse durante meses. Aunque la persona no reciba tratamiento, suele desaparecer. Sin embargo, puede aparecer de nuevo semanas o meses más tarde.
En el estadio secundario, son frecuentes las úlceras en la boca que afectan a más del 80 por ciento de los enfermos. Alrededor del 50 por ciento presenta ganglios linfáticos inflamados en todo el cuerpo y aproximadamente un 10 por ciento tiene inflamación en los ojos. Esta inflamación no suele producir síntomas, aunque, ocasionalmente, el nervio óptico se inflama y entonces la visión se vuelve borrosa. Aproximadamente el 10 por ciento presenta inflamación de huesos y articulaciones que produce mucho dolor. La inflamación renal puede hacer que se encuentren proteínas en la orina y la del hígado puede provocar ictericia. Un reducido número de personas desarrolla una inflamación de la membrana que recubre del cerebro (meningitis sifilítica aguda), que se traduce en dolor de cabeza, rigidez en el cuello y en ocasiones sordera.
Ocasionalmente, aparecen formaciones algo abultadas (condilomas planos) en las que la piel se une a una membrana mucosa, por ejemplo, en los bordes internos de los labios y de la vulva y en las zonas húmedas de la piel. Estas lesiones extremadamente infecciosas pueden aplanarse y adoptar un color rosa oscuro o gris. El pelo suele caerse a mechones, lo cual le da una apariencia apolillada. Otros síntomas incluyen sensación de malestar (indisposición), pérdida del apetito, náuseas, vómitos, fatiga, fiebre y anemia.


Estadio latente

Una vez que la persona se ha recuperado del estadio secundario, la enfermedad entra en un estadio latente en el que no se producen síntomas. Esta etapa puede durar años o décadas o durante el resto de la vida. Durante la primera parte del estadio latente, a veces recurren las llagas infecciosas.
Estadio terciario
Durante la tercera etapa (estadio terciario), la sífilis no es contagiosa. Los síntomas oscilan entre leves y devastadores. Pueden aparecer tres tipos principales de síntomas: sífilis terciaria benigna, sífilis cardiovascular y neurosífilis.
La sífilis terciaria benigna es muy rara en la actualidad. En varios órganos aparecen bultos llamados gomas, que crecen lentamente, se curan de forma gradual y dejan cicatrices. Estas lesiones pueden aparecer en casi todo el cuerpo, pero son más frecuentes en la pierna justo debajo de la rodilla, la parte superior del tronco y el cuero cabelludo. Los huesos pueden resultar afectados, provocando un dolor profundo y penetrante que suele empeorar durante la noche.
La sífilis cardiovascular suele aparecer de 10 a 25 años después de la infección inicial. El enfermo puede desarrollar un aneurisma (debilitamiento y dilatación) de la aorta (la principal arteria que sale del corazón) o insuficiencia de la válvula aórtica. Estos trastornos pueden producir dolor de pecho, insuficiencia cardíaca o la muerte.
La neurosífilis (sífilis del sistema nervioso) afecta a alrededor del 5 por ciento de todos los sifilíticos no tratados. Las tres clases principales son neurosífilis meningovascular, neurosífilis parética y neurosífilis tabética.

Diagnóstico

El médico sospecha que una persona tiene sífilis a partir de sus síntomas. El diagnóstico definitivo se basa en los resultados de las pruebas de laboratorio y la exploración física.
Se utilizan dos tipos de análisis de sangre. El primero es un análisis de control, como la llamada VDRL (laboratorio de investigación de enfermedades venéreas) o el RPR (reargina rápida del plasma). Dichos análisis son fáciles de hacer y no resultan costosos. En ciertos casos dan resultados falsos positivos, pero tienen la ventaja de negativizarse cuando se repiten después de un tratamiento correcto. Es posible que el médico necesite repetir este tipo de pruebas porque los resultados pueden ser negativos en las primeras semanas de sífilis primaria. El segundo tipo de análisis de sangre, que es más exacto, detecta anticuerpos contra la bacteria que produce sífilis; sin embargo, una vez que se obtiene un resultado positivo, los subsiguientes siempre serán positivos, incluso después de un tratamiento exitoso. Una de estas pruebas, llamada FTA-ABS, se utiliza para confirmar que el resultado positivo de un análisis de control realmente esté causado por la sífilis.
En los estadios primario o secundario, es posible diagnosticar la enfermedad tomando una muestra de líquido de una llaga de la piel o la boca e identificando las bacterias al microscopio. También se puede utilizar el análisis de anticuerpos realizado sobre una muestra de sangre. Para la neurosífilis se efectúa una punción lumbar para realizar un análisis de anticuerpos. En el estadio latente, la sífilis se diagnostica sólo mediante pruebas de anticuerpos realizadas con muestras de sangre y líquido espinal. En el estadio terciario, se diagnostica a partir de los síntomas y el resultado de un análisis de anticuerpos.


Tratamiento y pronóstico

Debido a que las personas con sífilis en los estadios primario o secundario transmiten la infección, deben evitar el contacto sexual hasta que ellas y sus parejas sexuales hayan completado el tratamiento. En el caso de sífilis en estadio primario, todas las personas con las que hayan mantenido relaciones sexuales en los 3 meses anteriores corren peligro. Con sífilis en estadio secundario, todas las parejas sexuales del último año pueden haberse contagiado. Estas personas necesitan ser controladas con un análisis de anticuerpos y, si el resultado es positivo, deben recibir tratamiento.
La penicilina, que en general es el mejor antibiótico para todos los estadios de la sífilis, suele administrarse por vía intramuscular durante el estadio primario, aplicándose en cada nalga sólo una vez. En casos de sífilis en estadio secundario, se aplican dos inyecciones adicionales con intervalos de una semana. La penicilina también se utiliza en casos de sífilis latente y en estadio terciario, a pesar de que puede ser necesario un tratamiento intravenoso más intenso. Las personas alérgicas a la penicilina pueden recibir doxiciclina o tetraciclina oral durante 2 a 4 semanas.
Más de la mitad de las personas con sífilis en sus primeros estadios, especialmente en el estadio secundario, desarrolla una reacción (llamada reacción de Jarisch-Herxheimer) de 2 a 12 horas después del primer tratamiento. Se cree que ésta es el resultado de la muerte repentina de millones de bacterias. Los síntomas incluyen: sensación de malestar general, fiebre, dolor de cabeza, sudoración, escalofríos con temblores y un empeoramiento temporal de las llagas sifilíticas. En raras ocasiones, las personas con neurosífilis pueden tener convulsiones o sufrir parálisis.
Las personas con sífilis en estadios latente o terciario deben ser examinadas con intervalos regulares una vez finalizado el tratamiento. Los resultados de los análisis de anticuerpos suelen ser positivos durante muchos años, a veces durante toda la vida. Éstos no indican que exista una nueva infección. También se realizan otras pruebas para verificar que no existan nuevas infecciones.
Después del tratamiento, el pronóstico para los estadios primario, secundario y latente de la sífilis es excelente. Pero el pronóstico es malo en los casos de sífilis terciaria que afecte al cerebro o al corazón, ya que las lesiones existentes por lo general son irreversibles.

jueves, 2 de abril de 2009

TRATAMIENTO




La infección por clamidia es la enfermedad de transmisión sexual bacteriana reportada con mayor frecuencia en los Estados Unidos. En el 2006, los 50 estados y el Distrito de Columbia reportaron 1,030,911 infecciones clamidiales a los CDC. Muchos casos no se reportan porque la mayoría de las personas con clamidia no saben que tienen la infección y no se hacen pruebas para detectar la enfermedad. Además, es frecuente que se traten los síntomas y no se hagan las pruebas de detección. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANEs, por sus siglas en inglés) se calcula que 2,291,000 personas de la población civil no institucionalizada de los Estados Unidos, entre los 14 y 39 años de edad sufren de la infección por clamidia. Las mujeres se vuelven a infectar frecuentemente si sus parejas sexuales no reciben tratamiento.

La infección por clamidida puede ser transmitida durante relaciones sexuales vaginales, orales o anales. También se puede transmitir de madre a hijo durante el parto vaginal. Toda persona sexualmente activa puede contraer la infección por clamidia. Entre mayor número de parejas sexuales tenga la persona, mayor es el riesgo de infección. Las adolescentes y las mujeres jóvenes que son sexualmente activas están expuestas a un mayor riesgo de infección porque el cuello uterino (la entrada al útero) no se ha formado completamente y es más susceptible a infecciones. Debido a que la clamidia puede transmitirse durante las relaciones sexuales orales o anales, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres también están en peligro de contraer la infección clamidial.

A la infección por clamidia se le conoce como la enfermedad "silenciosa" porque casi tres cuartas partes de las mujeres infectadas y cerca de la mitad de los hombres infectados no presentan síntomas. Cuando se manifiestan, los síntomas aparecen generalmente entre 1 y 3 semanas después del contagio.
En las mujeres, la bacteria infecta inicialmente el cuello uterino y la uretra (el conducto urinario). Las mujeres con síntomas podrían presentar flujo vaginal anormal o una sensación de ardor al orinar. Algunas mujeres siguen sin tener signos ni síntomas aun después de que la infección se propaga del cuello uterino a las trompas de Falopio (los conductos que transportan los óvulos desde los ovarios hasta el útero); otras mujeres presentan dolor en la parte inferior del vientre, dolor de espalda, náusea, fiebre, dolor durante las relaciones sexuales o sangrado entre los períodos menstruales. La infección clamidial del cuello uterino puede propagarse al recto.
Los hombres con signos o síntomas podrían presentar secreción del pene o una sensación de ardor al orinar; también pueden sufrir de ardor y picazón alrededor de la abertura del pene. El dolor y la inflamación de los testículos es poco frecuente.
Los hombres o mujeres que tienen relaciones sexuales con penetración anal pueden contraer la infección clamidial en el recto, lo cual puede causar dolor, secreciones o sangrado en el recto.
La infección por clamidia también puede presentarse en la garganta de las mujeres y hombres que han tenido relaciones sexuales orales con una pareja
infectada.



CLAMIDIA






La infección por clamidia es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) frecuente, causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, que puede afectar los órganos genitales de la mujer. Aunque generalmente la infección por clamidia no presenta síntomas o se manifiesta con síntomas leves, hay complicaciones graves que pueden ocurrir “en forma silenciosa” y causar daños irreversibles, como la infertilidad, antes de que la mujer se dé cuenta del problema. Esta infección también puede causar secreción del pene en un hombre infectado.










miércoles, 1 de abril de 2009

tipos de enfermeades de transmisiòn sexual

Las enfermedades de transmisión sexual, también son conocidas como infecciones de transmisión sexual (ITS) o clásicamente como enfermedades venéreas, son un conjunto de entidades clínicas infectocontagiosas agrupadas por tener en común la misma vía de transmisión: se transmiten de persona a persona solamente por medio de contacto íntimo (que se produce, casi exclusivamente, durante las relaciones sexuales).